La espantosa sentencia se fue apagando
ya nada sentía al escucharla
seguí escribiendo
sin importar el ruido de la guillotina
de la rueda del inexorable destino
repasando las hojas de un manido libro
con jueces vestidos de negro o luminosos ángeles
prometiendo la quimera del paraíso
de pronto usted vino hacia mi
pronunciando mi nombre
despejando las melancólicas colgaduras con sus sílabas
como una magnifica nota musical hizo estremecer
cada fibra de mi ser
hasta desear ser zambullida por completo
en las sensaciones y sentimientos
de su alma divina.
Xiomara Beatriz
7 comentarios:
De repente, llega alguien y se instala por sorpresa en tu alma y ese inquilino, al principio extraño y desconocido, se va convirtiendo poco a poco, sílaba a sílaba, en una parte de ti y en una invitación permanente a la zambullida...
Es una realidad que haya más jueces que amor entre nosotros. La misma conciencia es nuestra propia guillotina. Cuando una nota musical entre así en tu vida. Bebétela y guarda su savia dentro de tu ser para los tiempos de sequía.
Me encantó la zambullida por tu blog.
Saludos
Entrar a otros mundos!!
Gracias por compartir tu arte.
Te invito a pasarte por mi blog, recién hoy lo inaugure y ahí vas a ver mi primer cuento. Abrazo!!!
cuando el amor llega, nos zarandea toda la barca
imposible detener al corazón que se desborda
somos presa demasiado fácil para ese duende que nos embruja la razón
besitos y feliz semana XIO
Vino, y con su magia... UN abrazo.
Me duele.
Mucho.
Besos.
MUY LINDOS TUS SENTIMIENTOS.
BESOS
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