Desde el fondo se escucha la música
que con placer se desliza entre las sombras
ven baila conmigo le susurro a tu oído
mientras me anido en tu alma suavemente
como aurora invadiendo el horizonte
De mis cabellos aspiras su aroma
como si fuese una serenata
tu mirada emigra a mis labios
que se refresca del roció de tu aliento
inflexión de voz nos alcanza
igual que en un dulce sueño en medio del edén
mientras el otoño nos corteja con sus versos
que saben a cielo
Vehemente el ardor invade la piel cubierta
con la enajenación de la seda
los corazones vociferan
como este mundo inquieto y apresurado
el laúd atiborra de magia junto al violoncelo
hasta el mar bajo su influjo mece el navío
con la melodía encendida de la gruta
Las cortinas verdes que cuelgan de las ramas
la sutil luz las venera
bucólico ambiente huérfano
de todos los pesares ahora nos rodea
tu mano como ave migratoria
se desliza por mi espalda
trasportando febriles emociones
que gestan cataratas de suspiros
al igual que al observar el alba
preñada de colores
Estrellas desfilan sin tregua en las colinas
sobre el plantío de flores dulcemente
la embriaguez de la danza
destierran los desiertos
nos entrelazamos al claro de luna llena
como noche de verano
tallando formas armoniosamente inversas
vértigos de emociones evaporan pensamientos
mientras trampas húmedas esperan su presa
sigue el arco sofocando el violín de acompasadas notas
voces de arcángeles parecen que escuchamos
al bailar con pasión la trova de amor.
Xiomara Beatriz