domingo, noviembre 27

Mis pies se vuelven lentamente raíces...


Se deshilacha el atardecer detrás de la ventana
la brisa amontona las hojas llenas de colorido
el asfalto masculla de dolor al sentirlas sin vida
el poema sobre la mesa comienza a ser leído
por la cortesana luz de la luna


"Ahora me alejo
estoy fuera de tu alcance
bestia de la melancolía
he izado las velas lejos de tu orilla de dolor
se retuerce de carcajadas el cómplice viento
al saberse ganador encumbrando mi barca de nuevo
en la ola de la supervivencia "


La noche se bebe la fecunda luz a lentos sorbos
bajo el coro de las tenues lenguas de fuego del cielo
el eco de mis pasos siembran alegría en las taciturnas callejuelas
el destino me ha arrojado a este sitio
lejos del murmullo de las olas
geranios y malvas esparcen
la metamorfosis mística
con su perfume
mientras mis raíces
 se entrelazan
a esta nueva tierra.



Xiomara Beatriz

domingo, noviembre 20

El día festeja el poema...






                                  La verdad del amanecer pincela de oro todo lo que toca
los espíritus nocturnos huyen mientras el día festeja el poema
las ramas del árbol de magnolia desprende su perfume
el día me despierta con un beso
fluye la vida…

 La nube inquieta quiere
debajo de su enagua atrapar al sol
los dedos de las ramas sacudidos sobre la ventana
parecen tocan una melodía que me mantiene cautiva
el viento levanta vuelo de abajo hacia arriba
incendiando el follaje de caricias
se hila la miel del alba
bordando la piel…

 Secretas cerraduras se abren
el lienzo es cubierto por caudales de colores
mariposas vuelan en la espalda
se ilumina de pasión el revés del alma
el altar se desborda
ronronean las estrellas en el sur
estalla voraz la primavera en la hoja del otoño
mientras la impaciente aurora se adueña
 de los bosques hendidos.


Xiomara Beatriz




domingo, noviembre 6

Las horas de clausura...


                                        Александра Кириевская

Ahora que estoy en otras tierras
sigo con esta sed
mi pensamiento se eleva
escapan las letras de mis manos frías
la hierba escucha atentamente mis suspiros
los pantanos adquieren  belleza
me conmueve el ocaso

El gélido viento hostiga la cabellera roja de los arboles
las hojas desfallecen en el camino con un grito de color
el silencio comienza a ser prostituido
un ave curiosa en la rama me contempla
los sonidos de la naturaleza se asoman
como vocablos esotéricos
ante mi

El sol quiere escapar
las horas de clausura todo lo amenazan
habita presuroso la cercana nube
como un  libertino amante
se cuela bajo su atavío sin pudor
arrebatándole su nívea inocencia

Ya casi  se comienza a correr la cortina negra
murmuran las estrellas
los dedos repasan el relato
los vericuetos dados
rebosa vida al tocar las teclas
los pensamientos se transmutan a signos
impregnado mágicamente el vacío
confinada a otro mundo
lejos del caos
me siento libre.

Xiomara Beatriz