Xiomara Berrios
Sonámbula
cuando
a la noche hiere
el filo
de miles de cristales
las
barandillas aun vomitan el festejo
la luna
aguijonea los corrompidos colores
que
cuelgan como agotados apéndices descuartizados
mientras
las sombras enturbian el sendero
como
aves de mal agüero
Disecadas
palabras visten las paredes de lisonjas
un
zapato olvidado intenta resucitar sobre el pavimento
se
agolpa el olor de borrachera en las esquinas
el
silencio acribilla la piel con el pico de sus fusiles
los
ojos del gato traspasa la penumbra y me
asusta
en
ellos se refleja la ampolla de los cíclopes nocturnos
que guían los tumultuosos pasos
que guían los tumultuosos pasos
con los
que amotino
los desgastados
adoquines
adoquines
Huyen
los sueños a través de las desveladas ventanas
debajo
del puente acechan simulando estar dormidos
los
trajes de cocodrilos que cargan las huellas robadas
el río
ajeno de todo observa la percusión de los astros
mareado
de desaires le da una vista aterradora
En el
cuello se clava un brusco sobresalto
la equivocada
travesía desata el pavor
en la
sonrisa ahora aniquilada
cuando
mi mano se aferra
al funesto acero que se hunde
en el jadeo de la desconocida garganta
al funesto acero que se hunde
en el jadeo de la desconocida garganta
nos
miramos de manera extraña
mientras
comienzo a escribir
con
respiración entrecortada
este siniestro poema.
Xiomara
Beatriz