La arboleda vestida de pájaros despierta cantando
mientras en la garganta del cielo
irrumpe la melodía del sol
una esquela de amor comienza
a escribirse en solitario
bajo el árbol que la tutela
sus dedos recorren la corteza seca
donde brota constantemente la vida de las palabras
ser ave…ser flor…ser brisa
que intenta avivar la llama
que se apaga en la ignorancia…
La mirada se colma de ese lenguaje de la natura
nadadora de lo etéreo escucha cuando las nubes
se ríen navegando plácidamente bajo el azul sinfín
o se quejan enardecidas llenándose de tormentas
mientras
observan lo grave de los vocablos vacíos
dichos alegremente oxidados antes de nacer
en el olvido…
Ya cae la tarde callando el verso
con temblor lava su rostro en el agua cósmica del añil del cielo
sus sentimientos vuelan entre el almizcle de lo infinito
pues ella no elige permanecer en corazones desiertos
que se rehusan reverdecer la tierra hambrienta
de la tórrida vida que los busca…
Xiomara Beatriz