En el cristal resbala la
lluvia trayendo historias de remotos
lugares
abro el libro...cuantas palabras hambrientas de mi mirada…el sol continua
refugiándose detrás de las nubes…la vida sigue su suave murmullo…en los corredores
se escuchan pasos sordos…el aroma a lavanda se esparce…hoy mi taza de té no me
acepta rechazos…sonrió ante las notas que se cuela por el resquicio de la
ventana dándome paz...será que solo yo escucho la melodía de la naturaleza…
Me persigue el aroma a pino del
cercano bosque…como una cortina verde me impide ver el aledaño camino…se agita la
luz…vuelven los azules…las nubes se iluminan penetradas por su fuego…me gustan
los matices con que el astro rey seduce el firmamento antes de su entrega…las aves gorjean en las
ramas como si no existiese maleza…ni bestias en el bosque…ni tanto encono deambulando
por las calles…ni como los rascacielos ultrajan el cielo con su belleza urbana…la
libélula prosigue con su vuelo pero al final se posa en la cumbre de un tallo
sobre el estanque…
Las hojas ya se entregan al
otoño... las delatan sus cambiantes colores...barahúndas de ella poblaran los
caminos…en todas las estaciones hay perfección…mi alma está consagrada al
amor…aun cuando las garras del desaliento quieran abrirse camino en ella…el
lenguaje de las flores se eleva sin desfallecer cual alondra a ti llega…bosques
de letras…almizcle de mis sentidos...cantos de mi espíritu y con ellas te envió la locura de este vértigo de versos …
Xiomara Beatriz