lunes, diciembre 20
Grabado en la puerta del Bizancio tu amor y el mío...
El sol destila una luz distinta
como una ballesta que tiembla en el arco
cuando te ríes con tus labios de Shakespeare
con su eco en la cima del monte Ararat
igual que la lava a la tumba ártica liberas...
Esa luz invade la desnudez de mi almohadón
cuando en ti pienso embelleciendo los muros
las bóvedas del templo de mi alma con su melodía
como la rama del ciprés cuando a la ventana bordea
la brisa lo bambolea contra el cristal
igual que a la vieja campana de la torre levemente resuena
rebotan las notas con sus murmullos que caen sobre mi
al igual que en la floresta de la noche las estrellas
adornan a el cielo y ellas se convierten
en un bosque de palabras que agitan el edén
abrasándolo con su fuego...
Huele a amor en la estancia
como el rosal que perfuma el jardín
erigiendo termas entre las columnas del palacio
el membrillo de mis labios con dulzura muerdo
al evocar al artesano consumido de amor
que en el pasadizo del templo
labra con artística elocuencia de pasión
su deambular frenético hasta
el ábside de mi alma...
Xiomara Beatriz
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