
La brisa juega con la falda...le susurra...quítate la mantilla...vuela...viaja sobre las cuerdas de la guitarra...cruza el océano...deslizate entre la rendija de su ventana...se cascada que cae en su faz con tus besos de agua...resbala sobre la piedra que duerme...cruza su piel hasta llegar a su alma...comienza la sinfonía...contágialo con tus mágicos deseos...llevártelo a una remota isla...sé que estas ávida de traspasar su niebla...dejarle como árbol desnudo...con su corteza expuesta...quieres hacer huir su soledad...qué importa que las calles estén repletas...tu eres ingrávida...eres como mar que a su orilla llega...se retira...para volverlo a humedecer...como luna anonada despierta su sol ....
Quieres subir por sus altas ramas de álamo blanco... salpicarlas de aromas de flores de tus labios...vas dejando tu perfume...en cada beso...sabes que lo hallaste...suspiraste por la bendición a pesar de la tramposa ponzoña de la vida...pero su mirada es melodía de amor que te arrebata...que él trata de acallar pero no lo ha logrado....dóciles velas alumbran su habitación...allí las musas de tu amor se pasean con libertad ...
Mientras inflaman los sentidos con los susurros de tu aliento...sabor a perdidos océanos que quieren sentir la tempestad...las nuevas sensaciones mezcladas con las antiguas en los escondidos corales que se tiñen de pasión...encrespando las velas del navío que quiere llegar al cielo con su alegría...donde estallan las velas dentro del lúgubre océano...da al alma libertad...cuando su corazón bombea vida de la áurea primavera...en el tentador sendero que desafía la muerte...
Xiomara Beatriz