Metin Demiralay
El bramido sordo de la marea sacude la orilla…se cuela como ráfaga de brisa en la ventana devorando con su melodía toda la habitación...vuelvo a mi libro con el mar sentado delante de mi…ansioso espectador de mis palabras
Mi voz sale como pájaro furtivo queriendo ser primavera…las miro partir viajando en ese entramado de luz …cruzando raudamente el azul ultramar…para volver como desencajadas bofetadas que la distancia burlonamente carcajea…las recónditas penumbras se acercan…aparecen como un gran estanque pincelando la lluvia en el rostro
Las nubes adquieren un color bermellón batallando con luz del sol que desea rasgar con amor el horizonte…las luces mortecinas de los faroles comienzan a florecer entre las tinieblas como un hermoso cuadro enmarcan la tela del atardecer
Penetro en los mundos que otros no alcanzan a ver…la realidad comienza a sofocarse…las cadenas del tiempo se rompen…se decapitan las memorias…se intenta olfatear las estrellas con el lenguaje del alma ese ya olvidado…la tinta del destino va desapareciendo…alguien toca mi hombro giro…sonrió pues él me recuerda que aunque la noche parezca impía mientras el sol y la luna cuelguen sobre mi cabeza…el estará allí con su sonrisa de niño velando que mi sonrisa jamás desaparezca.
Xiomara Beatriz
Mi Hijo Rob...

