Harding Meyer
Hace poco abandoné mi silencio
me deje llevar por la fascinación
de sus enigmáticas letras.
¡Ay de mí! Aún tiemblo a enterarme
luego que hablaba con un fallecido
un manantial de llanto inundó mis ojos
con una lúgubre vestimenta he venido
a honrarlo.
Y me topo con la sarcástica mirada
envuelta en la arrolladora gracia
de tus escandalosas carcajadas
del villano de siempre
que la muerte aún no
ha podido callar.
Xiomara Beatriz.
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