Comienzan las nubes a murmurar cuando al balcón me asomaba
la brisa picara desnudaba las piernas que las manos aferraban a la tela
quería escribir sobre lo feliz que me hacia
percibir que en un querido pero lejano corazón
que se creía yermo
el querubín del amor ahora revolotea
sintiendo como el alba lo abraza
lo lleva al bosque que musita voces
que solo se escuchan con el corazón lleno de amor
demoliendo los fríos muros de hormigón que lo protegían...
Veía con deleite como a la laguna él se acerca
sorprendido al ver que en su reflejo
ya no se alberga el rictus de muerte
el acechador de sueños se ha ido
y sonríe al ver como su cuerpo
extrañamente centella
ante el agua que está viva
y le cantan versos nuevos...
Pero un perfume de nostalgia me martiriza
al evocar en esta noche de insomnio
al valle acunado de montañas
donde por primera vez fui arrojada a la vida
allí las golondrinas han huido ante el gemido del cielo
que no para de llorar inundando pueblos
desbordando los cauces de los ríos
y en la violenta miseria
se afianza ahora
sin compasión...
Nómadas sin tregua son arrastrados
por las violentas olas del mar del odio
que blasfeman constantemente a la orilla
exiliando el
paraíso del amor en sus idílicas
arenas
hieren al corazón las voces
desgarradas
desdeñadas por la
desidia de los buitres
que antes ofrecían
techos de oro
falsos flautistas
con rima disonante
que los van guiado
a la perdición
del tenebroso
barranco ...
Entonces el sonido de la melancolía en el verso
retumba con más fuerza
la mirada de lluvia empaña el cristal
cuesta respirar ante el dolor
cuando no se comprende
que algunos sueños no pueden ser alcanzados
que algunas crisálidas se quedaran en el capullo
se siente amargura en la boca
la agonía al teclear el poema
mas el viento de la esperanza dispersa la tristeza
la arrastra para arrojarlas en el olvido
no es tiempo de claudicar
es entonces que comprendo
que el sol debe vence a el lúgubre corazón
inundándolo de esperanza
de los claros trinos
que debemos vociferar
para poder contagiarlos de la fe
que juntos las angustias de un país
aun en los negros inviernos
pueden ser vencidas...
Xiomara Beatriz
