miércoles, marzo 2

Mis madrugadas...



Me gusta saborear el misterio
esperar cuando el crepúsculo
obscenamente va cediéndole al cielo
huellas de increíbles colores
recrearme  de su elixir  ígneo
ese que  me acaricia
 más allá de mis  sentidos...

Me acompaña el vuelo del ave
agitando sus alas
como poesía
el rumor de las hojas
escapando de indolentes zapatos
 que  las hacen crujir
el doblar de las campanas
del latido de mi corazón
exiliada  de la espuma marina
pero no de las palabras que tu engendras  en mi
ellas vuelan como mariposas  
cuando se convierten en sentimientos
me entrego a ellas
totalmente
enamorada...

Xiomara Beatriz

viernes, febrero 25

El casting de los muertos...

Vladimir Clavijo

En la cerrazón de la noche
con mis pies hundiéndose en el suave paisaje
donde las rompientes en soledad besan la roca
vibra la vida como el beso en la esquina
de mis labios que aún murmura
su sabor de amor


Fluctúa la bruma cuando la luna teje sus hilos
mientras bajo su luz un poema de amor bosquejo en la arena
me pregunto cómo puedo amar a un extraño
aun separada por el lago de la distancia
pues el alba enmudece ante los colores
que el me provoca vestido de sol
en el sur de mi horizonte.
al final de su peregrinaje sobre mi


Él llegó a mí como una señal vibrante
en la espina dorsal de mi mundo
yo le invite a volar en el universo a mi lado
incluso ante la constante opresión de las tinieblas 
a nuestros colores
que no pudieron sobrevivir ante la tempestad de la vida
dobló la esquela que reposa en mis manos
con asco
la arrojó a la hoguera
yo no puedo aceptar el agobio
del vientre de la tentación que me incita
a realizar el casting de los muertos
en vida.

Xiomara Beatriz


jueves, febrero 17

Desde la húmeda bahía al Olimpo...

                   Húmeda bahía
Fotografía Xiomara Berrios


Las musas me envuelven con su magia
danzando unas veces en silencio
ellas van tratando de alcanzar 
el rubor de la aurora
del verbo de sinfonías
 luminosas
 que me provoca
la rima del latido
 del amor que me nutre...


O se sumergen
 detrás de los salvajes
 caballos blancos
hacia el templo de Poseidón
donde la tristeza muchas veces
 me ha querido recluir
pero las Náyades 
tiemblan ante la música
 sublime del alma
arrancándome 
del  salado viaje 
del Hades
para purificarme
 de su fuente
de agua dulce...



Gea entonces me acuna
luego de las acrobacias de Eolos
que en suaves movimientos
va secando
 los senderos de lluvia
 en mi rostro
con su ternura
mientras Afrodita
me promete pernoctar 
para siempre dentro de mi ...



Y
vuelve el poema con fuerza
a susurrar vocablos 
mientras gotitas de brillo
cubre mi nuevo vestido 
de verde de esperanza...


Xiomara Beatriz