Escribo para mi misma
mientras el aullido
del lobo todo lo inunda...
El dorado sol tiembla
su agonía
en el teñido catre de
mil colores...
La luna se adorna de
diademas de estrellas
mientras la luz mengua...
El viento se esconde
en el arbusto
presintiendo el vocablo...
La voz de las letras
corroe con su sed
el lienzo...
Alucinado el silencio
huye despavorido
ante su acústica...
La noche embellecida
de versos
al otro lado de la
ventana sonríe...
Canta su embriaguez la
pluma
con su mar de ébano...
En ese vaivén viaja sedienta
el alma...
El sutil aliento de
la lámpara
conmovido observa...
Se comienza a bordar
el sueño…
Xiomara Beatriz