Crepita la tarde con su continua sinfonía de hermosura
el viento arrastra los espectros del árbol derribados
el color va inclinándose suavemente en el ensueño infinito
en el proscrito confidente azul ahora vagan ágatas de fuego
el gris de la piedra se estremece por la percusión de la existencia
respira el silencio su enigma entretejiendo profundas melodías
boga la soledad como ángel guardián…
Los pies sumergidos en el agua viva no vacilan
ecos pretéritos como largos cabellos van flotando
se desgarra el enloquecido vestido hecho de versos
apenas se balbucean presentes
el espíritu se hace poema
la noche primavera
se trepa en el ruido de las estrellas
mientras ronronea la luna
en el jardín de los geranios…
Xiomara Beatriz