miércoles, agosto 20

El fallecido.



                                           Harding Meyer                                                

Hace poco abandoné mi silencio

me deje llevar por la fascinación 

de sus enigmáticas letras.


¡Ay de mí!  Aún tiemblo a enterarme 

luego que hablaba con un fallecido 

un manantial de llanto inundó mis ojos

con una lúgubre vestimenta he venido

a honrarlo.


Y me topo con la sarcástica mirada 

envuelta en la arrolladora gracia 

de tus escandalosas carcajadas 

del villano de siempre

que la muerte aún no

ha podido callar.


Xiomara Beatriz.

jueves, abril 1

La sofocante realidad.

                                         
Nicolas Bruno.


Ahora los lúgubres silencios
acuchillan los versos de mi alma, 
ante el dolor de la ausencia 
bordada de espinas.

Mientras el vagón 
se aleja de la histriónica 
despedida del ocaso 

Mi rostro abatido 
por la incertidumbre 
se sumerge en el sofocante
hueco de la realidad. 

Xiomara Beatriz

sábado, julio 25

El libro encima de la chimenea.




Antonio Palmerini.

El libro encima de la chimenea

resguarda con precisión la prosa vertida

en la incesante búsqueda de lo no dicho

del tormentoso atavió de la lejanía

y de cuyo corsé no he podido liberarme

 

Una letra despierta a la otra

el viento se cuela entre ellas

una danza de pequeñas hogueras

centellean atrapando el ojo que las visita

lejanos estremecimientos ocultos resoplan

 

Se acelera el tiempo en el absurdo mundo

que apresuradamente del farol se esconde

las páginas riñen entre ellas

por alcanzarla atención del ojo ciego

a que le es difícil escrutar entre sus misterios

 

Se aproximan unos pasos

entre la neblina del atardecer

los sueños no vividos intentan 

volver ser susurros entre los escritos

que declaman antiguas pesadillas

bajo el mando de mi mano 

ellos se vuelven a ocultar

ahora el antiguo espejo refleja el encanto

de los inaccesibles labios de la portada

del libro encima de la chimenea.

 

Xiomara Beatriz.