lunes, diciembre 5

El mensaje de Afrodita.


 Edward Steichen.

La noche abre sus alas salpicadas

de algarabías de luces

las sensaciones se enredan en un suspiro con ellas

el búho sobre la rama junto al río nos observa

devorando la ardorosa espera

que la lejanía engendra


El lascivo abeto señala el voluptuoso cielo

sus dedos abren el denso cortinaje con premura

la geometría danza al son de la invernal brisa

la gota de rocío se precipita sobre mi pecho

en su caída caminos de sol dibuja en mi piel

una sombra sobrepasa la mía bajo la baranda de la luna

la palabra al borde del silencio con embriaguez le besa


Ahora todo es fuego

todo es brusco viento

el relámpago y la tormenta se juntan

el rostro antiguas lluvias olvida

se arañan los colores en las tinieblas

las bocas jadean de resurrección anhelantes

la euforia en los delirantes valles florece

los cuerpos flotan en el precipicio de vértigo

la avidez se sacia en la desnuda amapola

mientras el gorrión en el laberinto

el mensaje de Afrodita entrega.


Xiomara Beatriz




viernes, noviembre 18

El inalcanzable secreto .

                                                     AJ Arabzadesh


La enloquecida humanidad

consume con avidez

el opio que vocifera

el vendedor de pesadillas

mientras al infierno los amarran

en su delirante petulancia


Se fragua la trampa

las calles se rinden ante el oropel

que se perfuma en antiguas cloacas

la imperfecta cortesana le acompaña

sus ojos siguen negándole las lágrimas

de la voluntaria inmolación de su alma


Ya trepa el venenoso brebaje degustado

se despliega el turbio alboroto de las comparsas

como gusanos en fruta podrida florecen

y se balancean como afiladas guillotinas

ante las espantadas miradas

juzgadas por ellos

mientras sus gargantas

se desangran en la yedra


Nefandos de regocijo se acrecientan

forcejean contra ellos todas las edades

un pie ahora se aferra al moribundo mundo

se subleva los sueños de quienes no se revuelcan

ante el fango del déspota que ahora reina

el ocaso con su fúnebre pompa

los adventicios desvisten dando paso a la aurora

¿A dónde iremos ahora? 


jueves, septiembre 15

La desconocida garganta.

Xiomara Berrios


Sonámbula 
cuando a la noche hiere
el filo de miles de cristales
las barandillas aun vomitan el festejo
la luna aguijonea los corrompidos colores
que cuelgan como agotados apéndices descuartizados
mientras las sombras enturbian el sendero
como aves de mal agüero

Disecadas palabras visten las paredes de lisonjas
un zapato olvidado intenta resucitar sobre el pavimento
se agolpa el olor de borrachera en las esquinas
el silencio acribilla la piel con el pico de sus fusiles
los ojos  del gato traspasa la penumbra y me asusta
en ellos se refleja la ampolla de los cíclopes nocturnos
que guían los tumultuosos pasos
con los que amotino
los desgastados
adoquines

Huyen los sueños a través de las desveladas ventanas
debajo del puente acechan simulando estar dormidos
los trajes de cocodrilos que cargan las huellas robadas
el río ajeno de todo observa la percusión de los astros 
mareado de desaires le da una vista aterradora

En el cuello se clava un brusco sobresalto
la equivocada travesía desata el pavor
en la sonrisa ahora aniquilada
cuando mi mano se aferra 
al funesto acero que se hunde
en el jadeo de la desconocida garganta
nos miramos de manera extraña
mientras comienzo a escribir
con respiración entrecortada
este siniestro poema. 

Xiomara Beatriz

martes, julio 19

La mirada del más allá.

Xiomara Berrios.

Hoy la belleza abruma en las callejuelas

donde se reclinan los vivos tonos

que maquillan las misteriosas casas

la luna avisa en las lánguidas  terrazas

el poder de su intrigante encanto

mientras el sol se cabecea en el horizonte

concediéndole su sueño al lóbrego manto


El tumulto levanta el velo de su cordura

entregándose al frenesís de los sentidos

la vidente acaricia la rendija del futuro

al danzar las cartas frente a la agitada mirada

que ha perdido su luz original


Huyó del festín ahogado en la euforia del jazz

allí las hienas aparentan ser una orquesta sin director

que profanan la clandestinidad de los juerguistas

haciendo brotar un clavel rojo del pecho

mientras mancillan los bolsillos con enajenación


La holgazanería del vagón rechina sus metálicos ecos

mientras promueven la restauración de las leyendas

la avenida se escurre bajo cándidas estrellas

el viento del pasado venció robándome del presente

emerge el tren que amortaja los náufragos

el horror tapa mi boca cuando comprendo

que lo que fue

ya no es


Ella me mira como cuervo emponzoñado

flanqueada por fantasmagorías detrás de la ventana

se trunca la cornisa que me lleva sobre antiguas huellas

el ondulante aroma a lirios se adueña del silencio

mientras se arrastra el tranvía ante los turbados nichos

le murmullo mientras suenan las rítmicas campanadas

¿Volveré a mi antigua vida?  Y como esquila de hierro

en la garganta su luctuosa voz me responde

¡Nunca más !


Xiomara Beatriz.





lunes, mayo 30

La felonía del mundo.

                                               
   
                                               Xiomara Berrios.


Bailan las sombras sobre el contorno de la luna
las bocas de cartón escupen promesas en el alero
el curso de la multitud vuelve a profanar la soledad
me lastima sus marcados pasos camuflados de urgencia
quisiera extirpar la macabra danza del callejón

El engranaje no para de girar en la codicia
me topo con los ojos de la madrugada   
que embiste con su presencia la noche
la metamorfosis de su gaveta escapa
sus raíces escandalosamente me zarandean  
los hurones adivinar mi pensamiento pretenden

El pasado corteja el tumultuoso presente
un ave silenciosa observa la felonía del mundo
la saliva se seca sobre las lengua amoratadas
el estigma tira de la corbata de los fanáticos
hasta la vértebra abrazar

Otros sus togas rasgan mientras el cuervo
en sus cabezas picotea graznando libertad
la telaraña de lo que aún no acontece
a mi sueño alerta y despierto
en el insensato párrafo
del confuso libro.


Xiomara Beatriz