Fernando-Gomez
El rostro en la fotografía
te mira como queriendo
descender por tus pupilas
al calor de tu alma.
Pero no es fácil besar
los labios coagulados de tinta,
dejarse envolver en la nada
a pesar de saber que existes.
El papel obstruye el sueño
mientras sigo respirando la sed
de adivinar tu semblanza
en el bulto de letras que delinean
tu tangible historia.
Los codos se hacen polvo
en la esclavitud del tablero;
fúnebres destinos anegados de sol
de forma majestuosa.
El colorido muro de la tarde
se une a la raíz de la noche,
pero yo sigo pensando
en la sombra de ti.
Xiomara Beatriz
