Pejman Biroun
Un canto sonámbulo entre la arboleda
al corazón llega con rumor cadencioso
la luna en silencio consume las distancias
el fauno se asoma entre las sombras de los arboles
sus ojos brillan arrogantes sabiéndose vencedor
él saborea el amor como el de una tentadora manzana
que palpita de deseo en su garganta al igual que su corazón
va retumbando en las oscuridades propagando su mágico ardor
por la ninfa que canta versos bajo la luna que la acompaña
alumbradola con su hechizo sin remordimiento
mientras ella en silencio siembra una campiña
de sentimientos en el alma...
Aliento vagabundo sopla en el cuello de la musa
tras él coronar sus cabellos de mirtos
su sangre salvajemente ella la siente
cuando encuentra su cálida mirada
que la atrae con ímpetu al presagio de amor
mientras la rodea por la cintura como un rio a la roca acaricia
pulsando las notas de pasión en la piel ofrecida como cuerdas...
Entrecierra los ojos en la nube del dulce ensueño
mientras el ronda su boca con la suya con aura desconocida
resbalando sus dedos hasta el valle que se puebla
de suaves susurros con aleteos de mariposas
desde donde los altares del huerto emanan esencias de flores
seduciendo aun mas a el ave enardecida
que vuela cargada de semillas de pasión
mientras el madrigal desgarra con su voz ardiente
el velo de la noche...
Xiomara Beatriz
viernes, noviembre 19
miércoles, noviembre 17
Lujuria del alma...
Jaime Ibarra
Como secar esta catarata de que de mí se apodera...embriagando mi entorno del incienso amor que la origino...del cual fui creada como todos...por qué?... las caricias hechas con ternuras se perciben como garras arpías en los corazones... oscureciendo...cerrando todo sendero...arrojándolo con desdén... el cantar del pájaro que en su vuelo solo quiere llevar dulce melodía...numerosos tripulantes de barcos acostumbrados a la tormenta de sus mareas...se quedan pasmados de incertidumbre al encontrar placidez en el alma donde solo los remos halaga las aguas como viajero alado sobre ellas...y desconfían porque toda su fe fue destruida...condenada a ser acallada...a cercenarla si brota de la rama reverdeciendo a él huraño árbol...
A veces siento que los pesares nos arrojan a un oscuro acantilado...en medio de las miasma...se presenta el poema...el verbo arrojado sobre el blanco lienzo...ese que con vértigo va floreciendo de utopías...se lee como un sueño que se reparte como caramelos a los niños...pero que cada silaba este teñida de la sangre...de la medula del amor muchos no lo creen...pues piensan han muerto o peor aun nunca existió...que fue exiliado de la vida en el medio del vocerío de la angustia que se cierne sobre nosotros con los pies empantanados en la realidad...que impide marchar hacia las temidas cumbres...a los azules que torturan llenos de sol...
Quizás padezco de la lujuria de amor del alma...esa que se mueve con agilidad en los confines de las estrellas...que beben de la luminosidad de los bosques...en los ríos que con sus ecos recorren las montañas...en la voluptuosidad en el lenguaje aromático de las flores...en la ternura de las miradas de los niños que aun no se contamina...a mí también me abruma el peso de la existencia...pero me gusta repartir auroras...y me pregunto...por qué?...no puedo invitarte a mirar el alba...a descubrir el soneto de la vida...el guijarro en la orilla del mar...callar ante la grandiosidad del viento...en la gloria del sol...de la complicidad de la luna...o a correr juntos por la pradera de tu alma...yo soy tenaz y seguiré empujando con fuerza los postigos cerrados...aunque muchas veces no logre abrirlas...pero siempre ten por seguro que lo intentare...
Xiomara Beatriz
Como secar esta catarata de que de mí se apodera...embriagando mi entorno del incienso amor que la origino...del cual fui creada como todos...por qué?... las caricias hechas con ternuras se perciben como garras arpías en los corazones... oscureciendo...cerrando todo sendero...arrojándolo con desdén... el cantar del pájaro que en su vuelo solo quiere llevar dulce melodía...numerosos tripulantes de barcos acostumbrados a la tormenta de sus mareas...se quedan pasmados de incertidumbre al encontrar placidez en el alma donde solo los remos halaga las aguas como viajero alado sobre ellas...y desconfían porque toda su fe fue destruida...condenada a ser acallada...a cercenarla si brota de la rama reverdeciendo a él huraño árbol...
A veces siento que los pesares nos arrojan a un oscuro acantilado...en medio de las miasma...se presenta el poema...el verbo arrojado sobre el blanco lienzo...ese que con vértigo va floreciendo de utopías...se lee como un sueño que se reparte como caramelos a los niños...pero que cada silaba este teñida de la sangre...de la medula del amor muchos no lo creen...pues piensan han muerto o peor aun nunca existió...que fue exiliado de la vida en el medio del vocerío de la angustia que se cierne sobre nosotros con los pies empantanados en la realidad...que impide marchar hacia las temidas cumbres...a los azules que torturan llenos de sol...
Quizás padezco de la lujuria de amor del alma...esa que se mueve con agilidad en los confines de las estrellas...que beben de la luminosidad de los bosques...en los ríos que con sus ecos recorren las montañas...en la voluptuosidad en el lenguaje aromático de las flores...en la ternura de las miradas de los niños que aun no se contamina...a mí también me abruma el peso de la existencia...pero me gusta repartir auroras...y me pregunto...por qué?...no puedo invitarte a mirar el alba...a descubrir el soneto de la vida...el guijarro en la orilla del mar...callar ante la grandiosidad del viento...en la gloria del sol...de la complicidad de la luna...o a correr juntos por la pradera de tu alma...yo soy tenaz y seguiré empujando con fuerza los postigos cerrados...aunque muchas veces no logre abrirlas...pero siempre ten por seguro que lo intentare...
Xiomara Beatriz
lunes, noviembre 15
Verano en invierno....
Pier Toffoletti
Rezagadas trovas en el cuello florecen
tu aliento lo recorre como un sueño
mezclando la fragancia del deseo y alma
el rezo florece en las colinas
mientras tú te embriagas del canto de su piel
bajo el mágico esplendor del azul descalzo danza
el apasionado céfiro recorre las laderas
ríos de humedad suavemente el delinea
canturreando éxtasis en el capullo
mientras la luna arde en devoción...
El atavío duerme perezosamente a lo lejos
la noche inunda los senderos desiertos de lluvia
al cerrarse la puerta la soledad agazapada muere
brota el dulce mirar en la devuelta sonrisa
las cataratas de susurros
el corazón aprisa
todo retumba
las paredes que antes se abanicaban
del silencio
esta noche lo hacen
por el ardor del lecho...
De la flor salpicada de amor
en el espesor del bosque
brota la aurora impaciente
rubores atraviesan la faz
en el bamboleo del navío
tiembla en la aventura
atravesando el rio
sediento de amor
que en el invierno
la noche lo va convirtiendo
en ardoroso verano ...
Xiomara Beatriz
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