Jaime Ibarra
Como secar esta catarata de que de mí se apodera...embriagando mi entorno del incienso amor que la origino...del cual fui creada como todos...por qué?... las caricias hechas con ternuras se perciben como garras arpías en los corazones... oscureciendo...cerrando todo sendero...arrojándolo con desdén... el cantar del pájaro que en su vuelo solo quiere llevar dulce melodía...numerosos tripulantes de barcos acostumbrados a la tormenta de sus mareas...se quedan pasmados de incertidumbre al encontrar placidez en el alma donde solo los remos halaga las aguas como viajero alado sobre ellas...y desconfían porque toda su fe fue destruida...condenada a ser acallada...a cercenarla si brota de la rama reverdeciendo a él huraño árbol...
A veces siento que los pesares nos arrojan a un oscuro acantilado...en medio de las miasma...se presenta el poema...el verbo arrojado sobre el blanco lienzo...ese que con vértigo va floreciendo de utopías...se lee como un sueño que se reparte como caramelos a los niños...pero que cada silaba este teñida de la sangre...de la medula del amor muchos no lo creen...pues piensan han muerto o peor aun nunca existió...que fue exiliado de la vida en el medio del vocerío de la angustia que se cierne sobre nosotros con los pies empantanados en la realidad...que impide marchar hacia las temidas cumbres...a los azules que torturan llenos de sol...
Quizás padezco de la lujuria de amor del alma...esa que se mueve con agilidad en los confines de las estrellas...que beben de la luminosidad de los bosques...en los ríos que con sus ecos recorren las montañas...en la voluptuosidad en el lenguaje aromático de las flores...en la ternura de las miradas de los niños que aun no se contamina...a mí también me abruma el peso de la existencia...pero me gusta repartir auroras...y me pregunto...por qué?...no puedo invitarte a mirar el alba...a descubrir el soneto de la vida...el guijarro en la orilla del mar...callar ante la grandiosidad del viento...en la gloria del sol...de la complicidad de la luna...o a correr juntos por la pradera de tu alma...yo soy tenaz y seguiré empujando con fuerza los postigos cerrados...aunque muchas veces no logre abrirlas...pero siempre ten por seguro que lo intentare...
Xiomara Beatriz