viernes, enero 4

La Chanson des Vieux Amants...

Felicia Simion .


Aúlla el invierno
bebiéndole la savia a los arboles
danzando sobre el helado féretro de flores
emborrachando las calles de huidas
con sus grises mañanas sin sol
cuando estoy sin ti

Tras el cerrojo de la noche
se tiñen las paredes de la taciturna luz
tu imagen aparece como un espectro
esperándome detrás del espejo
reflejos del sueño
del almizcle del amor
que me sobrevuela con su pasión
suicidando la clausura

Irrumpe en las vestiduras
el susurro de la serpiente del deseo
trémulas manos cantan sobre la piel
se desbaratan las fronteras
el ardor agita la vida
sobre las márgenes de los ríos
mientras resuena
el cuerno de la tormenta.


Xiomara Beatriz .

miércoles, octubre 24

El alfabeto florece...


 Josh Sam..

 Hoy también hay niebla
en la barraca el mendigo tiembla
la seca hierba el beso del rocío retener intenta
apenas brillan en el camino las luces que al sol envidian
se repite la misma sonata en las gargantas cansadas
mientras en la jaula revolotea
las cuatro estaciones ansiando liberarse


El ladrón del fuego
en la horca ahora sus pies balancean
serpentean la lágrima en su ajena tez
se hunden las viejas silabas
con su fatuo cariz
en marmóreas tumbas


Se empujan los pasos lejos de las sombras
el alfabeto florece al salir del claustro
el camino se viste de verde
 la noche se convierte en aurora


Xiomara Beatriz.

martes, septiembre 18

La diosa del arroyo...



Brooke Shaden

Debajo de la lánguida luz de la lámpara
se acuchilla el lienzo hambriento de tinta
raudales de almizcle deja la lluvia
 la lujuria que se cuela por la ventana
el estéril espejo reclama al insaciable vacío
sangra la nostalgia bajo las alas
me sofoca esta ciudad con su obscena magnificencia  
con sus ojos quietos mirando un callejón
mientras el tic tac sigue mudo 

El borrascoso silencio contempla el tono bermejo del alba
las zarzas ocultas a la piel desgarra
perlas cristalinas se vierte ante la opera bufa
la diosa del arroyo me rescata
emigran las sombras
tu voz vestida de pájaro al fin me alcanza
el horizonte se diluye cuando los versos al ojo encandila
el suave cuchicheo del destino nos enlaza
con el éxtasis de la pluma.

Xiomara Beatriz .