Polina Rabtseva
La ciudad habita bajo el latido de tu ausencia
en absoluta mudez
escriben los pájaros
el arrogante jacinto
bajo el azul su fragancia esparce
el reloj se mueve
ajeno a mi deseo
extrañas formas el viento
agita
intentando tejer
nudos que no se suelten
en esta cuerda del
tiempo que nos aleja y acerca
En locura suicida
recito tus versos al horizonte
fluye su lúdica
pasión hacia las vacías nubes
colmándolas de escarlata
colmándolas de escarlata
aljibe de poemas del
crepúsculo se liberan
deslizándose como dedos
delineando la curva del beso
la alambrada de fuego
desata los sueños
donde duerme la mariposa.
Xiomara Beatriz
14 comentarios:
Hay ausencias hermosas como musas.
Besos.
¡Me gusta , me gusta todo el poema! especialmente como trasmites tus sentimientos "delineando como dedos las curvas de ese beso.
¡Precioso
Un poema impresionante
LLeno de musicalidad y de un sentimiento muy muy potente
Precioso y a la vez muy triste. Pero es bonito que alguien evoque estas palabras.
Besos rabiosos
Los pájaros escriben una ciudad en silencio y en mitad de ese espacio sin sonido se escucha un verso que viene del horizonte.
mi beso.
GUAU, QUÉ CIERRE. MUY BELLO.
UN ABRAZO
Como siempre, me gusta este verso.
Un abrazo
...Y a pesar de todas las alambradas de fuego, la mariposa dormida siempre sabe encontrar su vuelo...
muy bien logrado,
gran poema
saludos
XIO estas ausencias se entremezclan y dan vida a unas imágenes poéticas preciosas
felicitaciones
la curva del beso entre otras es total
abrazos y feliz fin de semana
La ausencia se instala en la conciencia y crea versos cómplices con la razón y su aquiescencia.Bellos versos.Saludos poéticos.
¡Me gusta , me gusta todo el poema! especialmente como trasmites tus sentimientos
tienes una manera muy especial de escribir
un placer haber dado con este blog
saludos desde argentina
Me gusta el estilo del blog, me gustan las fotos, me gusta lo que leo, me gustan los comentario, me gusta todo... y aún así me pregunto por qué tardamos tanto en regresar a los sitios acordados...
Te dejo un saludo
Mario
Este poema es maravilloso. El reloj ajeno y esa cuerda del tiempo, me parecen imàgenes divinas. Un abrazo.
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