Raphael Mazzucco
Te pueden bendecir o maldecir por la forma que eres
la mirada exiliada de las estatuas
ya no forman parte de tu sueño
ni su penetrante frio albergas
en el fondo de la tumba fuiste arrojada
pero no te poseerá
estas viva y aun cantas
nadie puede aniquilar tu voz...
Eres cruel o zalamera
en ti habitan cuervos y ángeles
tu voz se elevara entre la niebla
perfumándola de nuevo con desafío
cantaras mas fuerte aun en las noches de insomnio
opulento destino erróneamente presienten al escuchar tu dulce canto...
Y sigues con tu trova en cuyos versos escapa lo que tú sientes
a pesar de ser embargada en violentas
y estremecedoras vivencias
te niegas a pertenecer al lodo
luchas por ser flor de loto
a veces el dolor físico con guante de hierro
te aprisiona con su abrazo celoso
soplando espasmos que quisieran
ser besos eternos...
Mírame yo le doy tregua a las sombras
aflorando el oasis de luz que extasiada me hechizan
encierro a las ególatras tinieblas que me poseen
prefiero cortejar el cielo en su aurora
caminar sin miedo al aullido del chacal
que me recuerda lo efímera que soy
en tu mirada me veo como golondrina
con tus manos el sol arrulla mi piel
conviertes mi día en un cálido abril...
Florece el canto de la vida cuando te susurro
con versos de estío que van convirtiendo
la lobreguez en albor con el soplo de la brisa
que a las nostalgias rebeldes se aferraban a la rama
como hojas de otoño caen liberadas
para que me habites entre mis enredados cañaverales
contagiándote con la fiebre de la pasión que siento por ti
que te invada con furia hasta los huesos
y en nuestra medula haga por fin
su eterna hoguera....
Xiomara Beatriz
