martes, junio 9

LA NOCHE DEL SAPO...




Las alas de cuervo de mis pestañas bailaban tratando de acostumbrase a mi mundo secreto... mi querido jardín llenos de sombras y luces alivio de mi alma cuando la tarde nos abandona...como alondra que emigra en el invierno me dejo atrapar por el silencio vago de los lirios...de la aparente inamovilidad que me rodea...del roció de la noche...de la fuente perezosa donde sacia su sed las aves peregrinas...del estremecimiento de las hojas sacudidas levemente por el rumor de la brisa que se cuela entre las colinas queriendo llegar presurosa a su destino...


Así mansamente me dejo transportar por el lenguaje de ese ambiente tan mío...por el sopor lleno de ensueños que me provoca...tendida en la hamaca visualizo el vuelo de una estrella fugaz que se escapa como un gemido insurrecto del perchero donde se cuelgan las estrellas...allí en el trono de la luna...perla refulgente...dueña de la noche...allí es donde envió cada noche mis versos buscadores de primaveras..cercano a mi ..un árbol robusto como el amor que siento va esparciendo en sus ramas las luces que divagan entre ellas como aleteo de sensaciones de un par de enamorados presurosos de las sombras para hacerlas cómplices de su pasión...


Me gusta dejarme llevar por ese mundo sublime armonioso...perfecto en la comunión de la naturaleza con el espíritu...embriagarme de los paisajes de luces...mimetizarme entre ellos como camaleón cambiante de colores en busca de su salvación... o como la caprichosa hiedra buscando entre las piedras su resguardo....cierro los ojos dejándome llevar por la sinfonía desquiciada de los sonidos que pululan allí y que para muchas personas son inaudibles ...son murmullos de vida que producen la flexible soltura de las flores acariciadas por los susurros del viento enamoradizo que las visita a diario....es de allí donde mana la fuerza que se me ofrece como ánfora de miel del paraíso para enfrentar la próxima jornada en mis días arduos...bajo la vista al escuchar el ruido quebradizo entre los juncos secos para posar mis ojos en otros ojos como ventanas abiertas buscando la frescura de la noche...ojos altivos mirándome desde una esquina plácidamente sentado en la alfombra verde y de la constante agonía de la tierra sedienta de humedad de mi jardín...


Se asoma como prófugo...aunque insensible de las ardientes laceraciones que podría ocasionarle el recorrido que prepotentemente hace entre mis rosales....un largo silencio se exhala.. un grito sofocado de mi garganta al verle...el se distrae por un momento en el vuelo vagabundo de luciérnagas pero vuelve a enfocar su curiosidad en mi...palpito aterrada con el corazón despojado de su valentía y mi desafiante visitante con sorpresa salta a una charca con su croar belicoso y retador...el miedo no es tierra desconocida para mi...conozco su perfume desde siempre...pero con sus ojos sin contorno que se abren y cierran rápidamente me siento paralizada por un momento... pero luego me doy cuenta que estoy protegida allí dentro de mi cama sin dosel y muy lejos de el...


Retomo el valor que da la distancia y comienza a hurgar mi curiosidad...en este sapo altanero que con sonidos ahuecados como conchas el emite lleno de la vanidad que le da el sentirse dueño de mi atención y también de mi jardín...él se acerca un poco mas a mi...mis ojos almendrados bruscamente rebasan en su amplitud...el vacila....me mira...pero esta vez envuelto en ráfagas de ternura al percibir mi miedo da la vuelta y se esfuma entre la bucólica noche...


Esa noche fue el preludio de lo que luego seria una amistad mas que amistad...fue amor...donde consiguió que la techumbre de mi alma se cayera gota a gota al seguirme cada día...cada noche...distante pero cercano al mismo tiempo...cada día se dejaba divisar entre los botes de mis pinturas...entre las vallas que rodean mi casa...o sorpresivamente entre las burbujas de lodo que producen mis pasos al hundirse...haciéndome huir como en vuelo de corneja a la puerta de mi casa...


Amo a ese sapo retador...Amo sus tretas y sus desafíos..Pero amo también la solidez de la silla que me acoge como alma flotante de mi salvación cuando él aparece...



Xiomara Beatriz








domingo, junio 7

CARICIA DORMIDA EN LA CUENCA DE MI MANO


Debajo de los árboles como siempre un pensamiento inquieta mi corazón....me dejo llevar por los últimos hilos de oro del sol que espléndidamente me regala y lo refleja sobre el silencio diáfano del atardecer ...del murmullo tenue del riachuelo ...disfruto del momento conmigo misma de mis pensamientos...de mi dulce y ferviente amor ...Dejo la impaciencia que me acosa a veces pero me tranquilizo de saber que al igual que el riachuelo la vida siempre sigue su cause normal...me detengo a mirar la girar las delgadas agujas de reloj con que ilusión te espero... absorbo sutilmente el perfume envuelve mi corazón ...Necesito tu mano firme enlazada a la mía para luego tumbarnos bajo la sombra del frondoso árbol a la luz del sol de estío...Una flor siempre me fue por ti entregada con la cual me acariciabas el rostro mientras me hablas quedamente.... tan quedo que yo solo puedo saber lo que tu alma expresaba ...cada palabra fue quedando impresa con fuego en mi corazón nada huye ahora de mi pensamiento mientras dejo ir mis peregrinos sueños en la atmósfera etérea que me envuelve ...yo seguiré bordando con prístina virtud la primavera de la realidad que con delicia nos espera...A hurtadillas cada día voy dando puntadas con hilos que del arcoiris he tomado... puntadas trenzadas con los compases armoniosos de la melodía de nuestras almas como sonatas de Beethoven ...siempre tornamos a la gruta de la vida empuñando la antorcha del amor... con el ardor de la pasión que revolotean en nuestro cuerpo como pájaros aprisionados queriendo siempre ser liberados....no hay nostalgia sino paz de un otoño bajo la sombra de un árbol....donde te espero con caricias dormidas en la cuenca de mi mano ...allí donde te escribo los versos que suavemente un día musitare reclinándome junto a tu oído mientras te acariciare las líneas recias de tu rostro con las punta de mis dedos derrochando los torrentes de ternura almacenados en mi alma ...siempre estoy ambicionando provocar ecos en tu ser de la fogosidad que siempre esta presente en mi piel ..Suspiro entre sueños ... pétalos de rosas mientras el viento trae consigo el tañido de unas campanas y tengo que volver ...olvidandome de mis soledades a casa ...llevando el beso lánguido que el sol sobre siempre deposita sobre la panza de mi vida...Xiomara Beatriz

viernes, junio 5

El día profana las sombras




El día profana las sombras con sus fabulosos colores se desliza de forma sutil arrastrando la oscuridad de mi habitación...comienza a emerger la complejidad de la vida...yo me dispongo a tomar la paleta de los colores con los que quiero mezclar hoy mi día ...tomo la rueda de ellos comienzo a combinar como el paisajista me gusta experimentar los diferentes azules...amarillos ...naranjas creando un ambiente calido o algunas veces una versión fría de ellos...como todo la actitud ante la vida es muy personal usar las habilidades de la experiencia...es vital para crear que cada día pueda ser luminoso o no...pero a veces sin darte cuenta quedan partículas adheridas en el lienzo creando una trama diferente a como tenias en mente...a mi me inspiran mis sueños...el gorjeó de un pájaro...la pausa de una charla cuando cruzamos las miradas ...cuando al borde del horizonte me quedo presa de su chispeante llama ....o debajo de la bóveda de la pasión que nos quema en los corazones....me inspiran las hojas que murmuran con su roce al pie de mi ventana o la sombra que se proyecta en mi lecho cuando la luz incide entre la tela carmesí que adornan los cristales que cuelgan perezosamente como cortinajes en mi habitación... jugando traviesamente con la luz que refulge luego en mi piel ...amo el paisaje de mi entorno es para mi un lenguaje lleno de formas contornos ...colores... detalles que despiertan en mi una emoción... un sentimiento...alimenta mis sueños al igual que cuando escucho una melodía ...todo es para mi como una lámpara que cuelga en mi alma iluminando mis reminiscencias con sus notas...


Muchas veces la música es como la poesía para mi igual que un plumero que despeja de mi vida las telarañas que me ayuda a respirar un sentimiento...yo percibo melodías hasta en la lluvia... en ella encuentro un sentimiento de abrumadora calidez quizás huellas de mi niñez no lo se...de ella de mi infancia tengo recuerdos gratos como cuanto me gustaba sentir la frialdad de las piedras grises y húmedas de un riachuelo que solía cruzar entre las colinas que debía transitar....como se pegaba de mi piel y mis ropas el roció de sus aguas al golpear las rocas...para luego enroscarme como una oruga por el frió cuando el viento fresco se colaba cantarín entre los árboles...me gustaba caminar hacia mi colegio como un caracol de forma lenta para poder apreciar la vibración del paisaje...el color rojizo de la tierra donde nací o la armonía del verde que como manto protector nos rodeaba con sus montañas...aunque siempre habían animales acechándome como sombra atemorizante...también cuervos siempre dispuestos a violentar mi espíritu aunque muchas veces lograron herirme de muerte nunca pudieron incinerar mi esencia...mi alma siempre fue mariposa incandescente con una fuerza misteriosa e intangible...que me daba una apariencia distinta...
 al resto de mi familia 

Quizás por mi talante creativo...sensible...soñador...solitario...como humo me alzaba girando hacia las nubes tan cercanas de las montañas donde yacia mí pueblo...ahora patea el día como paquidermo encadenado buscando su libertad y debo levantarme para preparar el desayuno dejo mis recuerdos como un puñado de semillas en forma de vocablos lanzados en las almas que me leen...mis raíces se profundizaran en tierras fértiles...los tallos surgirán y quizás los veré florecer...soy un pájaro en su nido que ama expresarse...a través de mis dedos...al escribir fluye mi energía y en cada gota de tinta que dejo aquí como cada escrito va fraguandose una huella que los lleve a sumergirse en el lago traslúcido que es mi alma. 

Xiomara Beatriz