jueves, abril 2

La oscura sentencia.


                               Antonio Palmerini.

El eco de las palabras
que atónita escucha
carcomen ferozmente su alma
la dicha se resbala de los labios
más allá el sol mordisquea una nube
mientras la sangre de miedo se congela

Sus ojos afligidos tienen atragantado un grito
el espejo intenta dialogar con su rostro abatido
sortea en el callejón rebosante de viandantes
la silueta de la puerta conocida le ofrece salvación

¿Y ahora que hare con esta oscura sentencia? 
Se pregunta mientras solloza sobre el frío ventanal
la noche consume sosegadamente el azul naranja
el viaje es impostergable,ya no espera nada
pues el mundo súbitamente se ha convertido
en un rectángulo.

Xiomara Beatriz.

martes, noviembre 6

El botón del pasado.




Andrei Graph.


La tinta en el oropel engarzada
se convierte en amarga raíz
que serpentean hacia las atentas pupilas
y solo se escucha el atroz crujido
cuando en el alma se sumergen

El ciclo de la noche permanece en tregua
allí donde se solapan las manecillas
mientras el nardo de los silencios
pretenden en su limbo seguir reteniéndome

Un soplo a mi espalda remueve el vestido
rompe la quilla imperceptible
que me salvaguarda
en su egoísta atrio
 
La cadena del reloj es otra vez tensada
el amarillo florece otorgando múltiples formas
mientras el azul suspira sobre mis pies 
que ligera es la danza de la madrugada
cuando el botón del pasado
se ha por fin lo ha desprendido.

Xiomara Beatriz


sábado, abril 21

El apócrifo circulo.


                                     Sia -We can hurt together.

Despierto en el arcano habitáculo
atiborrado de refulgentes escarabajos
cuelgo una a una las palabras en sus arqueadas astas
un trozo de ellas se arriesga y cae en el ignoto infinito
el siniestro cuervo que pernocta en la escarcha observa
como en las vetustas marquesinas las quimeras revientan

A mis pies el suelo transpira sus colores
como un torbellino el hambriento pantano
en su nauseabundo velo los oculta
con lasciva frialdad a mis heridas embosca
en las oprimidas paredes de acertijos esculpidas

La trampa en el pretérito espejo sin piedad araña mis ojos
el primitivo depredador aún acecha mi sangre
engatusando los explícitos pliegues cegados de la pasión
y los labios con rojizo matiz parecen una nube al atardecer

El sueño finaliza su apócrifo circulo
la desnudez de la realidad tirita a sus anchas
en el cielo la media luna permanece ahorquillada
el aroma dulzón del alba impulsa a la vida
engañando al oído con los sonidos
de la floreciente primavera.

Xiomara Beatriz