martes, abril 12

Alimentando de amor a la muerte...


Cae la oscuridad se encienden los faroles
en medio del bullicio hay un infinito silencio
pequeños fuegos brillan en el cielo  que la hechizan
se escucha con su eco fúnebre el péndulo del reloj
resonando en el absorto mundo
que frenéticamente prosigue en 
el sudario cotidiano de lo fútil...


Bermejas rosas la luna acaricia 
con su oscilante rayo de luz
el alma se eleva cantando
 lejana de su cárcel mundana
se encienden los colores 
que engendraron la aurora
las bodegas repletas del dulce licor
  del amor consigo lleva
para musitarle al oído 
el gorjeo de la vida
con versos de albor...


Una singular mirada la atrapa
 en una calle cualquiera
el grito de esa alma  abrumada
 en su sufrir  ella escucha
no hay bálsamo que lo fecunde
 de cálidas melodías
al aire difumina una plegaria 
cuando se entreabren las puertas
del cruel tormento que él exhala 
con sus fantasmales tonadas
 notas crispadas de blasfemias
enclaustradas en el lecho
que debería ser albergue
 para el amor...


Ella susurra al verle
cortesano en la vida
pero desgarrado con el corazón
en harapos...


Ella va caminando en el valle infecundo
 del alma
con los brazos abiertos al sol
diseminando las semillas del amor
ella habita en su alma
pero él sigue sin darse cuenta
del galope del cielo que se le entrega
pues sigue ensimismado
 con el puñal en su mano
 para  herirse una y otra vez
con el vicioso tiempo pasado que lo atosiga 
con su tropel de recuerdos que  lo puebla 
cuchicheando entre ellos
resistiéndose a ser incinerados...


Temporal de primavera recita sentada en el purgatorio
la voz del sol va incrustándose en la obscena tiniebla
impregnando tímidamente su almizcle de amor
ella grita al universo ayuda desde el mismísimo infierno
mas el eco del cielo le responde
que ella solo puede mostrarle
que el amor es un valle
 donde él podría volverlo a poblar
de infantiles risas
pintarles las lunas que quiera
jugar entre las estrellas
  con deleite
pero solo él puede
hacer la transformación
del lecho de su noble corazón ...

Xiomara Beatriz

viernes, abril 8

Sabe algo?...he soñado con usted esta noche .


Lilya Corneli



En el  oscuro espejo del deseo
la calle florece de vanidades
al igual que lo faroles brillan
con su amarilla luz artificial
el golpe de calor engendrado
por la feria brama en mi piel
las agujas del tiempo al parecer
ya no tienen la menor importancia
dardos de luces de colores se envían al cielo
celebrando el festejo del mar en la isla...


Contemplo el espectáculo
como lo hacía en mis paseos
por senderos desconocidos en mi niñez 
siempre llena de curiosidad
el viento me acaricia mientras
un mechón de mi cabello
juega en la comisura de mis labios
follaje de voces se multiplican
al igual que las aves en bandadas
 viene a su nicho con su barullo de sonidos...


Como flechas tensadas en el arco apenas sonreímos
cuando nuestras miradas se cruzan en el oscuro lienzo
la pasión se resiste al libre vuelo
somos como ubérrimas manzanas
perfumadas de tentación
al vernos...


Se acrecienta el fuego de la balada en las pupilas
el astro de la pasión posa su luz sobre el mar
la zapatilla roja se rinde ante el embeleso de la suave arena blanca
se mezclan los perfumes
mientras la ola fustiga incesantemente la orilla...

Xiomara Beatriz


martes, abril 5

Al atardecer...

                                                   El horizonte by Xiomara Beatriz


Al atardecer sentada bajo el árbol
 contemplo la belleza que se derrocha hasta el horizonte
el céfiro zumba entre las ramas sobre mis hombros desnudos
avanza la noche en el agua
 mientras el tiempo 
se desvanece


En el verde lecho 
mi espalda reposa en éxtasis contemplativo 
vislumbro las primeras estrellas
pequeños tragaluces en el negro manto
caravana de lagrimas lentamente se deslizan
cuando en la memoria 
me sumerjo


El sabor de tu nombre en mis labios 
va buscando en la desnudez del silencio tus palabras 
mientras las aves sus alas pliegan al posarse en la rama
el aroma de la primavera de la melancolía me rescata
como pan recién horneado sobre la mesa
ella se ofende cuando ante su elocuencia
 la ignoramos

La marea musicaliza la isla 
la mirada asciende donde la mano acaricia las estrellas
el zumbido del vértigo creativo
en continua sed del oleaje de mis suspiros
me integra de nuevo a su mar tranquilo ...

Xiomara Beatriz