Lisa Falzón(ilustracion)
Sobre la almohada
refugio de mis lágrimas
de mis fantasmas
de mis blasfemias
del nido de víboras de mis memorias
que envenenar la sangre siempre desea
desde allí veo como la luna
amamanta la noche con ternura
Mi corazón es como un pájaro
aleteando con alas frágiles
otras veces fuerte y así va él siempre
como el ciclo de una noria
que se hunde en el pozo
y vuelve a subir
para respirar de nuevo
Me pregunto cómo sería yo
sin las experiencias que he vivido
quizás una chica de cartulina
de esas que salen en las revistas
dispuesta a saciar los deseos de otro
que me dejara guiar como ciega
para ser ofrenda de la bestia
que aniquila la esencia
El cielo ya comienza a parir estrellas
o serán garras de un ave de luz
que quiere desgarrar la piel oscura de su presa
para rescatar su corazón de las tinieblas
cuando a el lecho lo quiere invadir
murmullos de melancolía
dispuesto a usurpar
la aurora del alma
Los brazos se alzan para alcanzar
la lejana cuna plagada de voces de dulzura
cobijarse en ella con agradecimiento
en la muda melodía de las eternidades
que cura el corazón flagelado
aparta las estalactitas de cristal
que ambicionan apagar la lámpara
cuando un haz de flores es depositado
en la moribunda tristeza
contaminándola de sus colores
que al espíritu nuevamente
embriagara de primaveras.
Xiomara Beatriz