En el borde del horizonte...duermen las luces del azul del cielo...el frescor del aire suspira...el arroyo que recorre el sendero todo lo acompaña con ecos vagabundos...la mirada busca el comienzo...el perchero de las nubes se va llenado...moteadas dalias y jazmines del verdor sobresalen...las cataratas de los suspiros invaden las palabras...la montaña regresa el viento...la fruta madura pende de la rama...la mano se abre para acariciar la hierba...áureas sensaciones como luciérnagas en las tinieblas me susurran...la astronomía me hace vibrar...y estás allí
Con tus ojos como diamantes...tus manos dejan caer la carta de amor...vagabundea la magia en el entorno...son saqueados los rincones de la tristeza...el néctar de los labios se mezclan...el fuego asciende...bajo el silencio del vientre los hilos se tejen...los secretos son abiertos...la aurora espera en el pecho ser acariciada por el sol...el vestido de gasa el sonido lo desliza ...lo empuja a la espera...se hunden en el cabello tus dedos como pasos en el andén...el roció nos sujeta...ya no hay verde...sino nimbos...me elevo y danzo en el follaje de tu alma como cazador que sabe que lento es más fácil llegar
Tu voz camina por mis praderas separándose...volviendo a mimar...llenado las soledades...no hay tabú cuando la pasión se engancha...la ternura de tu mirada vestida con una leve túnica húmeda hace que quiera besarte entonando un lento éxtasis...no hay quietud en las alas para amarnos...torbellinos penetran la cueva que está en medio de las laderas...la curva de la luna te tiene hechizado...las colinas suben inevitablemente cuando la espada solar la sondean...allí donde nacen la luz mientras el efluvio hace gemir la piel...en embriagadora unión dices palabras como sol naciente y yo te murmuro con mi voz de algodón...juntos eclipsaremos los márgenes...para viajar al campo de las estrellas.
Xiomara Beatriz
