miércoles, marzo 3

El chico de la penúltima ventana...




Su suspiro se confunde en la estación del tren con el aviso de la llegada del vagón… espera en el borde del andén donde todo se aleja…mientras la distrae el turbio deambular de la tempestad de personas que van y vienen sin parar… con sus ojos cubiertos de roció… el pecho sintiéndolo como mil cuchilladas…escucha las historias que como campanas resuenan sin parar…algunos las relatan con el alba en la mirada… otros con el crepúsculo en los labios…muchos con la soledad que azota como tormenta …sus taciturnos rostros …sus ojos como gondoleros sin pasajeros …van arrastrando los pies …vencidos por la desesperanza …el ruido al pasar el tren sobre los rieles …la hacen desviar la mirada …y …allí esta él … no puede dejar de mirar cada día al chico de la penúltima ventana… viaja con su cara recostada sobre el opaco cristal … apenas se sacude con cada movimiento …su silueta parece inerte …no hay desafío externo que lo estimule…solo quiere con dulce anonimato ocupar el puesto antes vació…le mira…su mirada parece perdida …por breves segundos sus miradas se encuentran …irreductible el destino que no se puede torcer …hálitos de mil colores refulgen en las miradas…cambia la secuencia cotidiana…sus ojos huyen al darse cuenta con vergüenza que él la miraba …él se queda pensando que dentro de la mortaja que ella vestía …vio luz en su ojos… mientras los rieles le estremecen ante el impulso del retornar del vagón a las sombras…quiere retener su figura de humo pero el viento lo desviste de ella… apenas gotas de un corto suspiro resbalan en el cristal

Ella caminaba alejándose tratando de alcanzar los grandes pasos…perdida en el tiempo donde los relojes son rechazados…canta melodías en bajo tono que le hagan compañía…la hoguera de nuevo se había encendido en el lugar antes frío…ya a sus pies no mueren los versos ...como congeladas golondrinas…ahora ve las águilas que se lanzan de cabeza haciendo túneles de luz entre las nubes… su incipiente sonrisa no había perdido su inocencia infantil …en la esquina de sus ojos habita una niña vestida de color jaspe que alegre correteaba por el verde prado…la risa escapaba fácilmente de sus labios a pesar que muchas veces va pensativa…como en el barro burbujea y sale agua cristalina …así es su vida…la lleva a diferentes confines…ahora el sol serenamente le acompaña con su pañuelo de luz secando las lágrimas que antes se asomaban…lo que anteriormente era un enjambre de avispas es ahora una nube de mariposas que salpica su ser de una agradable sensación…nunca había sentido ciega su alma …ni la oscuridad habia cesado de tratar de convertirla en bestia señalándola con su huesuda mano siniestra…

Así pasaban los días …amando esos segundos …cuando sus miradas se topaban…ahora otro día más en el andén…sentada mira sus pies díscolos mientras aguarda verle pasar en el tren …aburrida alza la mirada … entre la niebla de la muchedumbre …una silueta familiar se dibuja… y … surge el chico de la penúltima ventana…los latidos se resisten a volver a su cauce …mientras florece un campo sobre el cielo de sus miradas…ella va marcando los lindes con maderos de fuego... para acorralar afuera los vientos traidores de la timidez…evitando escapar…su sangre es un rió caudaloso que no puede retener su rápido recorrido cuando ve su amplia sonrisa al verla…los silfos los hacen sus prisioneros…tejiendo con sus pensamientos notas de antiguas sinfonías… ofrendas de anhelos se sacuden con cada movimiento…los labios son cáliz dispuestos en el altar de sus rostros…polvo de pies apresurados los separan... sin haberse tocado…la muchedumbre aulla impidiéndoles enlazar sus manos…la diminuta esperanza se desvanece al verse salpicada de esa lúgubre manía… de arrollar con empellones en la llegada del tren … que sin ella pretenderlo la suben al tranvía…la puerta se cierra estoicamente ante sus ojos …los rieles comienza a rugir …corre desesperada al fondo del vagón tratando de mirar por las ventanas …encuentra vació un puesto y con tristeza suspira …mientras mira al chico aturdido… parado en el andén…no queriendo perder de vista … a la chica que lo mira desde la penúltima ventana…

Xiomara Beatriz

9 comentarios:

doctorvitamorte dijo...

¡Dramático destino!

TORO SALVAJE dijo...

... y de repente el chico aturdido la ve y comprende que no puede vivir sin ella y empieza a correr hasta que logra subirse al tren en marcha y de un impulso vuela por le pasillo hasta abrazar para siempre a su amada de la que no se separará jamás.

Besos.

Avril en primavera dijo...

... ella no puede vivir sin el chico y va a buscarlo al anden que pasa por su vereda hoy a las 19... para no separarse de él jamás... Besos

Sombragris dijo...

Mientras se encuentren las miradas siempre hay esperanza pues los ojos son el reflejo del alma.No apartes nunca la mirada del objetivo ...si la apartas corres el riesgo de que este desaparezca...aunque siempre cabe la posibilidad de hallarlo en otra realidad o en un "sueño"...Maravilloso tu texto como siempre...me habla...me susurra...me conmueve...Besos desde el este

PACO dijo...

que sentido mas bonito das a las palabras que hacen que me sienta pasmado por tanto cumulo de situaciones bellas. Eres un encanto maravilloso por mostrar tu fascinante saber hablar en forma de palabras. besos amiga. kuidate.

NVBallesteros dijo...

Cuando el cosmos lo tiene todo entrelazado... Se encarga de unir a los amantes....Solo que el cosmos sabe cual es el tiempo y el momento....

Xiomara hermoso texto....Besos con cariño...Te quiero.

Jordi dijo...

Esa niña, con su mirada interrogadora y curiosa, busca el insondable misterio que habita en cada uno de nosotros...

Ricardo Miñana dijo...

Preciosa historia amiga Xiomara, no se puede
vivir sin amor, es triste ver como te alejas
y se pierde la mirada, triste y bello,
eres una artista.
que disfrutes el fin de semana.
un beso.

El Toro de Barro dijo...

Preciosas metáforas -los ojos como "gondolas sin pasajeros- para una historia real muy bien narrada, y construida toda ella desde la irracionalidad...Y la extraña sensación de que siepre -siempre- llegamos tarde...
Un abrazo
Carlos